SURICATA

La suricata (Suricata suricatta) es una especie de mamífero carnívoro de la familia Herpestidae, es una de las mangostas más pequeñas. El nombre Suricato proviene del holandés y significa «gato del lago»; las hembras tienen un peso promedio de 720 gr. y los machos de 731 gr., pudiendo haber individuos de 1 Kg. El cuerpo y miembros de estos animales son largos y esbeltos, con una longitud del cuerpo y la cabeza de entre 25 y 35 cm., ancha y redondeada y el hocico terminado en punta. La cola es delgada y un poco alargada, midiendo 17.5-25 cm. A diferencia de la mayoría de las mangostas carece de abundante pelaje.


Su cuerpo está cubierto con pelaje color gris moteado, canela o marrón con tinte plateado y tiene de franjas o bandas de color negro que atraviesan la región dorsal excepto la cabeza y la cola. Sin embargo, el color del pelaje varía geográficamente. En la región sur de su distribución, el color del pelo es más oscuro, con un tinte más claro en las regiones más áridas. La parte ventral del cuerpo está parcialmente cubierto con pelo.
Sus patas traseras son más gruesas que las patas delanteras. Cada una de sus patas posee cuatro dedos con garras. Las garras de los miembros anteriores están adaptadas para escarbar. Las orejas son pequeñas y tienen forma de media luna. La nariz es marrón y la cola es amarillo-canela con pelo corto y la punta cónica de color negro.
Alrededor de los ojos poseen pelos de color oscuro, como si fuese un antifaz, esto hace que la luz del sol no refleje en sus ojos y puedan mirar hacia el cielo sin que esta dañe sus ojos y ayudarlos a ver a lo lejos. Aunado a que poseen una excelente visión, estas adaptaciones les permite ver pájaros a kilómetros de distancia en el horizonte y distinguir a la distancia un águila especie peligrosa para ellas) de un buitre (totalmente inofensivo, ya que estos animales se alimentan exclusivamente de carroña –animales muertos en descomposición). Las pupilas alargadas y horizontales dan a los suricatos un amplio rango de visión sin tener que girar la cabeza. Además, otro dato curioso sobre sus ojos es que, como son animales excavadores, su ojo desarrolló una membrana ocular para protegerse de la tierra.

Poseen un olfato muy desarrollado, su hocico al estar constantemente húmedo le permite una mayor agudeza olfativa, característica indispensable para buscar en el suelo su alimento, a veces invisible. También, les permite identificar a los individuos de su mismo grupo y el territorio, que marcan con olores provenientes de su glándula anal. Las orejas poseen tres pliegues, que se pueden cerrar protegiendo así el conducto auditivo mientras excavan sus madrigueras. El sentido de la audición no es el más destacado.
En cuanto a su dentadura, posee caninos largos y delgados. Las muelas, con muchas puntas agudas llamadas cúspides, les permiten agujerear y triturar el exoesqueleto de los insectos de los cuales se alimenta.

DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT NATURAL

Las Suricatas habitan el extremo sur de África (desierto de Kalahari y el desierto de Namib), específicamente el occidente y sur de Namibia, suroccidente de Botsuana y norte y occidente de Sudáfrica; existe una pequeña intrusión en el extremo suroccidental de Angola. También en las áreas de baja altitud en Lesoto.
Habitan las zonas más áridas y abiertas al igual que cualquier otra especie de mangosta. Se les encuentra en áreas de pastizales cubiertos de hierbas cortas y de matorrales leñosos, sabanas secas y llanuras subdesérticas abiertas y su distribución depende del tipo de suelo, con preferencia de suelos firmes y duros para asentarse.

COMPORTAMIENTO Y ECOLOGIA

La Suricata tiene una longevidad que alcanza de 12 a 14 años, con promedio de vida de 13 años; es un animal excavador, que vive en madrigueras que construyen con sus patas delanteras. Dichas madrigueras constan con grandes redes de túneles subterráneos que conducen a unas cámaras. Todas están comunicadas entre sí y pueden tener múltiples entradas (más de 15 aberturas al exterior). Son animales diurnos, gregarios (viven en grupos) y matriarcales (una hembra lidera el grupo); el tamaño de las colonias puede alcanzar los 40 individuos, aunque en promedio el grupo es de diez miembros formando por dos o tres familias juntas, integrado por igual número de machos y hembras.
Cuando la mayor parte del grupo descansa o se alimenta, siempre queda una de ellas ubicada en un lugar elevado o en la entrada de su madriguera, parada sobre sus patas posteriores y utilizando la cola como soporte, vigilando el territorio. Se refugian en sus cuevas de las lluvias, durante la noche, o cuando se sienten amenazados.
Las principales amenazas son los depredadores, que incluyen Las serpientes (pitón de roca del sur, mamba negra, cobra del cabo, cobra de coral del cabo, cobra escupidora negra, cobra escupidora de Mozambique) varias aves (halcones y águilas), principalmente el águila marcial (Polemaetus bellicosus) y mamíferos carnívoros (chacales),
La especie muestra una variedad de estrategias contra los depredadores. Estos comportamientos incluyen llamados de alarma, manteniendo el estado de alerta colocando el cuerpo en una posición erguida, búsqueda de refugio, advertencias defensivas, acoso en grupo a un depredador, autodefensa y protección a los jóvenes.
Durante las amenazas defensivas y acoso, las Suricatas aparentan ser más grandes de lo que en realidad son. Un individuo puede arquear su espalda, aparentar ser tan alto como le sea posible sobre las cuatro patas, con los pelos y cola erectos y la cabeza agachada. Al mismo tiempo, se mueve hacia adelante y hacia atrás, gruñe, silba y escupe en un intento de intimidar a su enemigo. El acoso requiere que un grupo de Suricatas exhiban este comportamiento defensivo simultáneamente. Si un depredador se acerca a pesar de estas advertencias, el suricato se posa sobre su espalda con las garras y dientes visibles, protegiendo así la parte posterior del cuello.
Cuando una serpiente amenaza a un grupo de Suricatos; se juntan utilizando el método llamado mobbing; que es cuando el grupo de Suricatos forman un círculo alrededor del depredador, levantan sus colas y se mueven igual en una formación. El trabajo en conjunto tiene como objetivo engañar al enemigo, haciéndole creer, en este caso a la serpiente, o incluso a cualquier otro animal que los acecha, que se trata de un solo animal grande. Método muy efectivo y que generalmente funciona para intimidar y ahuyentar al depredador.
Para los depredadores aéreos, las Suricatas van con más frecuencia a una madriguera en caso de inminencia de ataque. Es sorprendente, sin embargo, que los adultos puedan proteger a sus crías con sus propios cuerpos.
Las Suricatas son mucho más inteligentes de lo que parecen. Un estudio reciente encontró que utilizan un comportamiento coordinado complejo, que rivaliza con el de los chimpancés, los babuinos, los delfines e incluso los humanos. Resuelven tareas con la ayuda de su grupo, pero también con un toque de pensamiento independiente. El estudio vio Suricatas involucradas en una amplia variedad de comportamientos sociales y asociales para resolver tareas. En general, los factores sociales ayudaron a atraer a los suricatos a la tarea, mientras que los procesos asociales les ayudaron a resolverla.

También se sabe que los Suricatos es una especie territorial, de hecho, son animales violentos que se pueden matar entre ellos mismos. A pesar de no ser un depredador como el león o el leopardo, resulta curioso descubrir que los suricatos son los más letales entre miembros de su propia especie. Existen estudios en profundidad sobre violencia en el mundo de los mamíferos, con datos comparativos de más de un millar de especies, y donde los Suricatos obtuvieron el primer lugar, siendo capaces de acabar con un 20% de sus propios congéneres, en segundo lugar, el mono de cola roja, el tercer lugar el mono azul, el cuatro lugar los pequeños lémures, y después en la lista, el león marino, entre muchos más.

ALIMENTACIÓN

Las Suricatas es un activo cazador, pasan la mayor parte del día buscando su alimento debajo de las rocas, olfateando, rascando el suelo y la hierba, excavando con sus garras y el hocico, revolviendo piedras e inspeccionando troncos viejos. Se alimentan mayormente de insectos (insectívora) y otros invertebrados como, escorpiones venenosos, Los coleópteros y las mariposas constituyen la mayor parte de sus presas durante todo el año, aunque también pueden alimentarse de termitas, saltamontes y langostas. También se alimenta de pequeños roedores, pájaros, huevos y lagartijas; además, las Suricatas son herpéstidos al igual que las mangostas, por lo que también pueden depredar serpientes peligrosas como las cobras.
Es posible que sorprenda al saber que las Suricatas son omnívoros: comen frutas y otros componentes vegetales además de animales. A diferencia de los humanos, no tienen un exceso de reservas de grasa corporal y, por lo tanto, buscar comida es una actividad constante.
Su dieta principal está conformada por el 82 % de insectos, 7 % de arácnidos 3 % de ciempiés, 3 % de milpies, 2 % de reptiles y 2 % de aves.
A pesar de vivir en el desierto, los suricatos no necesitan agua extra en sus dietas. Obtienen toda la humedad que necesitan de los insectos y larvas que comen. Un humano moriría en 3 a 5 días sin agua en las mismas condiciones.

REPRODUCCIÓN

La época de apareamiento corresponde a la estación calurosa y húmeda correspondiente a los meses de octubre a marzo. El macho no es el único que corteja, ya que la hembra con su comportamiento también puede incitar al macho a aparearse. Luego de 11 semanas (73 a 77 días) de gestación, la hembra pare las crías en una de las cámaras de la madriguera que ocuparán durante toda la crianza. El número de crías es de 2 a 5, pero lo normal son 3 crías y el peso al nacer es de 50 grs. aproximadamente. Dependiendo de las precipitaciones y disponibilidad de alimentos, las hembras producen entre uno y tres camadas al año. Las hembras preñadas y lactantes forrajean con mayor intensidad que otros miembros del grupo, para satisfacer su consumo de energía elevado. El grupo entero participa del cuidado y mantenimiento de las crías. Mientras los otros están fuera buscando comida, un ayudante permanece en la guarida para atender a las crías.
Durante las horas de reposo, los jóvenes juegan juntos: simulan combates, imitan la excavación de una madriguera o se dedican a realizar acrobacias mientras emiten un sonido particular, agudo y repetitivo. Estos sonidos permiten mantener el contacto entre ellos e incitar a los adultos a permanecer cerca, pues éstos no comparten sus juegos y no abandonan la vigilancia. En cuanto oyen un grito de alarma, las crías se precipitan cerca de su madre y se acurrucan contra ella, siguiéndola paso a paso mientras se dirige a un refugio. También, se han observado adultos que, ante el ataque de un águila, cubren a las crías con su cuerpo protegiéndolas.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

El estado de conservación de las Suricatas se clasifica como Preocupación Menor (LC) por la UICN. Es decir que sus poblaciones se encuentran, por el momento, estables. Sin embargo, distintas amenazas sobre su ambiente, si no se controlan, pueden llevar a esta especie a una reducción poblacional y poner en peligro a su especie.

INMUNIDAD AL VENENO

Dado que los Suricatos ingieren escorpiones de una manera muy específica, e incluso serpientes venenosas, no es del todo correcto decir que son inmunes al veneno. Aun así, se han adaptado bastante bien.

Es común leer o escuchar que los suricatos son inmunes al veneno de las serpientes como la cobra; sin embargo, los biólogos han comprobado que los suricatos son inmunes al veneno de algunas serpientes porque comparten ascendencia con la familia de la mangosta. Este rasgo puede haber pasado a las llanuras africanas a lo largo del tiempo evolutivo, después de que las mangostas fueron cambiando y tomando la forma actual de Suricatos. Sin embargo, la inmunidad de la Suricata al veneno de serpiente sigue siendo una incertidumbre.

Generalmente, el mobbing es suficiente para asustar a una serpiente mortal. Pero esto no siempre funciona, por lo que los Suricatos en ocasiones son mordidos por serpientes venenosas; y se ha observado que han muerto, mientras otros han sobrevivido a estos ataques después de ponerse mal durante unas horas y recuperándose por completo. Así que los biólogos no están del todo seguros si los suricatos son completamente inmunes al veneno de serpiente. Y hay quienes afirman que no tienen casi ninguna protección contra el veneno de la mayoría de las serpientes, lo que significa que para comerlas tienen que atacaras rápidamente mordiéndoles el cuello.
El problema de la inmunidad de algunos mamíferos a los venenos de las serpientes presenta mucho interés por parte de los científicos. Los trabajos pioneros sobre esta temática aceptan la inmunidad para algunas especies, Luego, tras estudiar la resistencia natural que presentan algunas de estas especies, los científicos plantearon que este fenómeno de resistencia no es la inmunidad natural, sino una adaptación de estos mamíferos para poder matar a las serpientes venenosas. En realidad, ningún estudio aclara bien esta cuestión. Sin embargo, para algunas especies se ha demostrado que son resistentes en cierta medida y que, a ciertas dosis de veneno, algunos compuestos especiales (receptores nicotínicos de acetilcolina) de su sangre reaccionan y tienen capacidad inhibidora y que responde impidiendo la unión de varios componentes del veneno de serpiente. Sin embargo, se necesitan investigaciones para confirmar la función de estos compuestos o receptores especiales evolucionados.
Lo mismo sucede con la creencia que hay sobre la inmunidad al veneno del escorpión. Esto es un poco engañoso, Si una Suricata es picada por una especie de escorpión particularmente mortal (como un escorpión de capa o un escorpión granulado), puede morir. Sin embargo, los Suricatos han desarrollado una técnica para manejar el veneno que se encuentra en los escorpiones que comúnmente comen.
Cuando una suricata ve a un escorpión, se mueve rápidamente para matarlo. El escorpión puede ver que el Suricato está cerca, pero el Suricato lo atrapa tan rápido que el arácnido no puedo responder. Primero, la suricata se centra en la cola, mordiendo el aguijón del escorpión y arrancándolo; con el aguijón eliminado, el escorpión es incapaz de introducir veneno en el torrente sanguíneo de un Suricato. En muchas ocasiones el veneno contenido en la glándula del aguijón, cae en el cuerpo del escorpión (exoesqueleto); pero para remediar esto; las Suricatas han aprendido a quitar cualquier resto del veneno, frotando al escorpión en la arena para poder comerlo.
La observación de suricatas ha demostrado que los adultos les enseñan a los cachorros cómo comer adecuadamente un escorpión. Esta lección se enseña por etapas. Al principio, a los cachorros simplemente se les dan escorpiones muertos, a los que luego, se les cortan los aguijones. Eventualmente, se les entregará un escorpión vivo, pero sin aguijón. Finalmente, a medida que se acercan a la edad en la que pueden salir solos, un adulto puede dejar que un suricato joven atrape a un escorpión vivo.

LITERATURA

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